Tengo un hijo que a sus 8 meses de edad se hace evidente su personalidad, es un ser increíblemente alegre y sonriente y eso es maravilloso, sin embargo, también me parece maravilloso cuando se enoja, cuando hace berrinche, cuando está serio.
Cuando eres una persona en general alegre, los demás se sienten cómodos contigo, el problema surge cuando, naturalmente te enojas, te deprimes o expresas cualquier sentimiento negativo, pues eres ser humano y también esas emociones son naturales. Surge un problema porque sacas de "onda" (o de su zona de confort contigo) a los demás, se sorprenden, te señalan, te juzgan y tachan esa emoción que no esperan de ti.
En eso se corre el riesgo de que pienses que llorar es malo, que enojarte es malo, que expresar cualquiera de esas emociones es malo y la realidad es que malo es no expresarlas y no aceptarlas como emociones naturales del ser humano, pues te niegas como ser y al reprimirte, te enfermas y enfermas tu entorno. Y en una sociedad como la que vivimos actualmente, un hombre es más propenso a reprimir sus emociones, pues es común escuchar "aguántese como los machos", "no llores, pareces niña", "¿emocionarme? ni que fuera puto" y demás expresiones de ese tipo que germinan machos, reprimen emociones y enferman sociedades.
Mi tarea como mamá es enseñarle a mi hijo a SER, no un hombre, simplemente SER, que es alegre y sonriente, pero que también está bien enojarse, estar triste, frustrado, etc. Y enseñarle a reconocer y canalizar sus emociones. Mi compromiso con el universo es que: mi hijo será lo que es, un SER en toda la extensión de la palabra, sabrá reconocer y manejar sus emociones, llorar, gritar, enojarse, reir, disfrutar, sabrá las diferencias biológicas entre los distintos seres, sabrá de ciencia, de magia, de naturaleza, de arte, de menstruación, de penes y vaginas, sin tabúes, sin morbo, sin ser "macho", ni "puto", sabrá respetarse, respetar a los demás, respetar al universo... Sabrá SER.
Espero poder encontrar más seres así, para que el camino sea un fluir y no una lucha... Y aunque lo sea, ¡Venga!
viernes, 10 de marzo de 2017
Reflexiones de mamá con extensión XY
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